UNDERMAMA - ¿Ser madre después de los 40 o antes de los 30?
Esa es la gran cuestión, para mi gusto es ser madre a la hora que te toque, hay gente que lo planifica durante largo tiempo ó imponiéndose un mandato y otras , como yo, simplemente si pasaba, era bienvenido y así sucedió, dos veces, y ya! Más que satisfecha, y después de los 40. Hay quienes aseguran que traer hijos al mundo es un acto de inconsciencia, y si, si nos enfocamos a ver el lado oscuro de la existencia, si, es una locura, si nos enfocamos en ver solo el lado positivo, sería una ingenuidad, si somos realmente sinceros, tiene de las dos cosas, como la existencia de cualquiera otro ser humano, sumándole que como madre, deseo todos los días lo mismo, morir antes de que ellos, cuando estén ya pasados los 20 y pico y agradezco por su salud todos los días antes de dormir, y lamento mucho cuando no lo hago.
Me pasó que pasados los 40 años, tenía la vida más rutinaria, y el cuerpo acostumbrado a eso, integrar un ser demandante fue un viaje especial, de introspección consiente, y de nunca acabar, amigarme con los parpados arenosos, caminar erguida con la profunda necesidad de ir reptando, y mantener el cuerpo a pura respiración abdominal, con cara de madre madura y segura, de señora despierta, atenta y responsable. Integrar al segundo ya fue un despelote importante, poder adaptarme al caos, donde hacerme a la idea que tener ropa en lugares increíbles como el canasto para las piñas al lado de la estufa a leña, era algo normal. Aprovechar las idas al baño como un retiro con betas sicodélicas, porque me concentro profundamente en las finas líneas geométricas, rulos y espirales, que dejó alguien con un crayón, en la bacha blanca del baño. Extraviar cosas como, gorritos, porta chupetes, baberos, zapatos, llaves, de un momento a otro, dentro de la casa y llegar a pensar que pasaban a otra dimensión, es muy normal, pisar copos de maíz, pelotitas que suenan, patear juguetes, sentarte arriba de un pedazo de alfajor, para dar la teta, mientras el otro cachorro se vuelca un jugo de naranja encima y suena el teléfono. O sea, es parte de nuestra normalidad, cosa que me he dado cuenta que a much@s allegad@s, les cuesta comprender, “nuestra normalidad”, sobre todo los que no tienen hijos o hace mucho que no conviven con un ser de estas características, se complica explicar los momentos que pueden llegar a agotarte en cuestión de tres minutos.
En cuanto a eso, a la relación con los demás, hay quienes pasan a ser presentes, y te sorprenden, y quienes pasan a ser ausentes y también te sorprenden, quienes disfrazan de ayuda una solicitud de “ayúdame”, porque parecería que ser madre, te convierte en alguien como súper comprensiva de los otr@s, todo ser que andaba sin patria, te ve como la gran teta dadora de todo lo que le falta, ERROR, señora, señor, somos madres de los seres que gestamos, de los adultos sin brújula no.
Si antes era no muy amigable con el entorno, pues, ahora lo soy menos, lo bueno es que por alguna razón, me toleran más, porque soy madre, creo llegar a escuchar “es madre…”
Creo que no soy la única mujer madre, que piensa esto, y si considero es un nuevo concepto siglo XX1, todo el patriarcado se remueve ante este nuevo rol de mujer que no tiene sobre sus hombros necesariamente, el mandato de unir aguas con aceites, y que la vida se le vaya en eso, postergando bienestares egoístas, como simplemente echarse una siestita y no sufrir si algún miembro de la familia no tuvo ganas de venir a almorzar ó determinados temas pasaron a un ultimísimo plano, y piloteas sobre las situaciones, y bajas a veces, a ver como anda todo, así como los pájaros bajan a tomar agua, zambullendo el pico, sacudiendo las plumas, y retomando vuelo.
Creo que la cosa es que, preguntarse “cuando ser madres” en estas épocas, tendría que quedar abolido, y vivirlo menos contracturado. Amig@, sabiendo incluso que si alguna vez en la vida, se te pianta un lagrimón porque no sos mama o papa, y la biología te complica, hay miles de niñ@s, que deberíamos adoptar todos, y desarticular las instituciones de infancias heridas.
Justamente si pensamos en este hoy, esa inconsciencia de ser padres, deberíamos serlo todos, como seres emocionales que somos. Ser padres creo que en este hoy, es un deber, desde el lugar que sea, y todo lo que implica, el mundo lo necesita, si es que nos gusta la idea de que siga viviendo este puntito celeste en el universo.
UNDERMAMA
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